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Juliska Frezik

Sobrevivientes de la 2a guerra mundial, llegaron a Colombia a integrar la economía agrícola de la provincia de los Almeida.

 

Chocontá, Cundinamarca. 23 de noviembre de 2017.

 

Ignacio Frezik fue un croata que llegó a Colombia junto con su esposa Elizabeth Rozman y sus hijos como exiliados de la 2da guerra mundial en el año 1954. Después de lograr escapar de 4 campos de concentración, arribaron a bordo de un barco que transportaba inmigrantes, llegando a un país que para ellos era desconocido por su idioma, cultura y tradiciones. A pesar de todo eso, con el paso del tiempo esta nación sembró en ellos el propósito de iniciar una nueva vida, sin importar las marcas que les dejó la guerra. Y con amor y sacrificio, lograron cambiar la visión económica del municipio de Chocontá.

 

Los Frezik Rozman pisaron tierra colombiana por 1ra vez en el puerto de Buenaventura, para orientar su rumbo a la ciudad de Cali. Allí, una comunidad católica los recibió y llevó a Bogotá. Posteriormente una de tantas difíciles pruebas: aceptar que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (I.C.B.F.) se hiciera cargo de los niños mientras su situación económica mejoraba y podían reunirse nuevamente como una sola familia.

 

El tiempo pasó. Solo hasta 1962, Ignacio y su esposa, Elizabeth, llegaron a una casa de refugiados en el sector del Sisga, en Chocontá. Allí, junsto con hermosos paisajes, soñaron que todo ese verde que los rodeaba podría ser, algún día, el escenario perfecto para sembrar sus sueños. Ignacio, comenzó entonces a trabajar como albañil, granjero y hasta cocinero, ahorró dinero y comenzó a hacer sus sueños realidad.

 

Gracias a su buen desempeño, honradez y emprendimiento, un campesino chocontano lo apoyó y le dio la oportunidad de poner en práctica sus ideas de cultivar una fruta desconocida en esas tierras: la fresa. Al mismo tiempo, se dedicó a la cría de ganado de leche, y de a poco, compró las tierras del finquero para el cual trabajaba.

 

Hoy Chocontá es el 1er productor de fresa a nivel nacional.

 

Una de las hijas de Ignacio, Katarina Frezik, mujer emprendedora y artista en la cocina, ha conservado la tradición de su país natal y las recetas de su mamá, por lo que comenzó a preparar productos derivados de la fresa como tartas, mermeladas, jugos y postres, para ser comercializados.

 

Esta tradición la ha continuado Juliska Frezik, nieta de Ignacio e hija de Katarina, quien trabaja de la mano de su esposo Jorge Luís Núñez. Heredó el empuje, creatividad y visión de empresa de su familia, mejoró y amplió su negocio, innovó en la productividad con cultivos de otras frutas como la frambuesa negra y roja, el ruibarbo, los arándanos y la granada.

 

Su actividad lucrativa la realizan de forma natural, sin químicos, con un buen uso a la tierra y con cada uno de los recursos naturales, brinda a sus clientes, frutas frescas y transformadas en tartas, panecillos, muffins, pasteles, jugos y mermeladas; todos estos producidos de manera natural sin aditivos químicos, lo que beneficia la salud humana y al ambiente.

 

Se lleva las manos al corazón y con su voz entrecortada, Juliska muestra con orgullo las fotos de su familia, allí, colgadas en las paredes del granero estilo europeo que construyeron. A pesar de todo lo que tuvieron que pasar, se siente agradecida por la acogida y las oportunidades que encontraron en Colombia; ahora ve con alegría que sus hijos Santiago e Isabella, a pesar de su corta edad y de sus aspiraciones profesionales, piensen en mantener y ampliar este negocio, para no dejar morir la tradición de sus raíces europeas.

 

Usted también puede cultivar sus sueños

 

Actualmente, Juliska cuenta con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y de la Gobernación Departamental, quienes han reconocido su esfuerzo y labor ambientalmente sostenible y la apoyan desde el proyecto de Negocios Verdes del programa de Producción Más Limpia (P.M.L.), cuyo objetivo es la disminución de la contaminación e impactos negativos sobre los recursos naturales, además de apoyar a estos productores en comercializar sus mercancías en el mercado.

 

La Gobernación, le ha dado un incentivo para comprar un refrigerador, indispensable para conservar sus productos, además de otorgarle otros premios de reconocimiento por su innovación empresarial.

 

Como Juliska, usted puede trabajar de la mano de la CAR vinculándose a los programas de Producción Más Limpia y Negocios Verdes, que redundan en una buena salud y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades.