• Una cartilla didáctica y un protocolo buscan promover el cuidado de una de las especies endémicas más importantes y amenazadas del territorio.
• Se le considera una especie “sombrilla”, porque cumple funciones importantes como el aporte de nutrientes al suelo y la oxigenación de las aguas.
• “Buscamos poner fin a las interacciones negativas ya que el peligro es mayor para el animal, sometido por décadas a la caza indiscriminada y la explotación comercial de su piel”: Director de la CAR.
Bogotá, D.C. 30 de julio de 2024. En el marco del Día Nacional de la Vida Silvestre, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR presenta los resultados de un trabajo con la Universidad Nacional y la Estación de Biología Tropical Roberto Franco, para sensibilizar y aportar información que contribuya a la protección del cocodrilo americano (Crocodylus acutus), conocido también como caimán aguja.
Biólogos y herpetólogos (expertos en anfibios y reptiles) de estas entidades unieron esfuerzos para la elaboración de una cartilla didáctica en la cual, “Lena: la cocodrila del Magdalena”, es la protagonista de una historia destinada a estudiantes y público infantil con el fin de sensibilizar a las comunidades sobre su protección y defensa.
A esta herramienta se suma un protocolo o documento técnico con el cual los investigadores establecen las recomendaciones básicas para que la comunidad que habita en zonas aledañas a los ecosistemas donde habita el acutus, sepan cómo actuar ante su presencia de manera que no se ponga en riesgo la vida ni del animal ni de las personas.
De acuerdo con la información recopilada por los expertos, en el Territorio CAR el cocodrilo americano habita ecosistemas de agua dulce de los municipios de Ricaurte, Girardot, Puerto Salgar, Yacopí, Beltrán, Guataquí, Guaduas, Tocaima, Nilo y Nariño.
A este caimán se le considera una especie “sombrilla”, es decir, que cumple funciones importantes como el aporte de nutrientes de fósforo y nitrógeno a los suelos a través de sus desechos y ayuda a la oxigenación de las aguas y cuerpos hídricos cada vez que se desliza y mueve lentamente. Estas dos funciones del acutus benefician en su conjunto el ecosistema que ocupa.
No obstante, debido a la pérdida de su hábitat se encuentra en la lista roja de especies amenazadas en categoría vulnerable (VU) pues cerca del 43% del paisaje asociado al cocodrilo americano ha sido modificado o perturbado por la expansión urbana, la proliferación de condominios, conjuntos habitacionales y complejos hoteleros, aumentando la probabilidad de conflictos entre humanos y esta especie, al competir por espacio y alimento.
¿Qué recomiendan los expertos?
El desconocimiento y el miedo aprendido de algunas personas han puesto en peligro la sostenibilidad de esta especie, toda vez que su naturaleza carnívora oportunista le exige salir en busca de alimento, que resulta cada vez más escaso en forma natural.
A esto se suman un conjunto de acciones que representan amenazas permanentes para este cocodrilo como pescas ilegales, la sobrepesca, la degradación de su hábitat, la contaminación de los ríos por actividades como la ganadería o la minería y la invasión de las zonas de ronda de protección de los cuerpos hídricos.
“Desde la CAR invitamos a la comunidad a acoger las recomendaciones de los investigadores de la Universidad Nacional y la Estación de Biología Roberto Franco para reducir las interacciones negativas entre personas y caimanes aguja”, afirmó el director de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros.
Estas se resumen en respetar las zonas de ronda y protección hídrica establecidas por cada uno de los municipios, no nadar en horas de la noche en ríos y corrientes identificados como hábitats de cocodrilo americano, transitar con precaución cuando se va acompañado de mascotas y menores de edad y dar aviso a las autoridades en caso de avistamiento, entre otras.
“Debemos ser conscientes de que la vulnerabilidad es mayor para el animal, ya que esta especie ha sido sometida a la fuerte presión de la caza indiscriminada y la explotación comercial de su piel”, agregó el director Ballesteros.
Conscientes de que todos los esfuerzos deben estar articulados a acciones de educación y cultura ambiental, la CAR pone a disposición el librillo para colorear en el que su personaje “Lena”, cuyo nombre rinde homenaje al río Magdalena, describe su historia, importancia y amenazas a fin de que el público infantil se apropie e interiorice este conocimiento.
El documento se encuentra disponible en el portal institucional www.car.gov.co
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